La huelga de los estibadores en la costa este de Estados Unidos y el Golfo de México, que comenzará el martes 1 de octubre, ha encendido las alarmas en las cadenas de suministro a nivel mundial. El conflicto, que lleva meses gestándose, no solo tiene el potencial de interrumpir el comercio internacional, sino que también expone las tensiones crecientes entre los trabajadores portuarios y las empresas navieras, en un contexto donde la globalización y la automatización están remodelando la industria del transporte marítimo.
El conflicto detrás de la huelga
A lo largo de la última década, los estibadores han visto cómo su trabajo se ha vuelto cada vez más vulnerable ante la amenaza de la automatización y los cambios estructurales en el comercio global. La Asociación Internacional de Estibadores (ILA) sostiene que las empresas navieras han cosechado enormes beneficios, especialmente durante la pandemia, mientras los salarios de los trabajadores han permanecido estancados. La ILA exige un incremento salarial del 77% durante los próximos seis años y rechaza los proyectos de automatización que podrían poner en riesgo miles de puestos de trabajo.
Por su parte, la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX), que representa a las empresas navieras y operadores portuarios, ha ofrecido un aumento salarial mucho menor, del 40%, argumentando que los sueldos actuales ya superan el promedio de la industria. Además, señalan que los márgenes de ganancias se han reducido tras el auge excepcional de la pandemia.
El impacto económico de la huelga
Más allá de las reivindicaciones laborales, el impacto potencial de la huelga podría ser devastador para la economía global. Se estima que cada día de paralización en los puertos de la costa este y el Golfo de México podría costar 5.000 millones de dólares a la economía estadounidense. Si el conflicto se prolonga, afectaría aproximadamente al 43% de las importaciones de EE.UU., desencadenando nuevos cuellos de botella en la cadena de suministro y exacerbando las presiones inflacionarias que han afectado a consumidores y empresas en los últimos años.
La paralización también podría generar efectos en cascada para otros mercados internacionales, particularmente en América Latina, que depende en gran medida de los puertos estadounidenses para la exportación de sus productos agrícolas e industriales. Por ejemplo, frutas, productos perecederos y bienes manufacturados destinados a la costa este de EE.UU. enfrentarán dificultades para ingresar al mercado en los tiempos previstos, lo que puede generar pérdidas millonarias.
Recomendaciones para las empresas afectadas
Ante la inminente huelga, muchas empresas ya están tomando medidas preventivas para mitigar los posibles efectos. En este contexto, es crucial que los actores involucrados en el comercio marítimo tomen una serie de acciones para proteger sus intereses y minimizar los riesgos.
- Mantener una comunicación fluida con las líneas navieras: Es fundamental estar en contacto permanente con la naviera contratada y monitorear los correos informativos respecto a la situación de la huelga. Las empresas deben asegurarse de que cualquier cambio en los itinerarios o condiciones de embarque sea comunicado de manera oportuna para poder ajustar sus operaciones con rapidez.
- Estar atentos a los updates del booking: Si ya se ha hecho una reserva de espacio con una naviera, es esencial conservar el documento original del booking y estar atentos a cualquier actualización que pueda surgir. En caso de que la carga deba embarcarse en un buque con destino a los puertos afectados, es recomendable coordinar una inspección de la carga antes del embarque.
- Enviar una carta de protesto: En caso de que la carga se vea afectada por la huelga, las empresas deben enviar una carta de protesto a la naviera. Es importante recordar que la naviera no puede alegar fuerza mayor en este caso, ya que la huelga fue anunciada con antelación, lo que invalida el elemento de imprevisibilidad necesario para eximirse de responsabilidades. Esta acción ayudará a proteger los intereses de las empresas y establecer un precedente legal en caso de futuras disputas.