Comercio agrícola internacional: prevenir es mejor que reaccionar
La liberación de ciertas restricciones ocasionadas por la pandemia nos ha entregado un nuevo aliento a nivel social y también comercial. La reactivación de las transacciones en la agroindustria está moviendo el engranaje nuevamente gracias a que el comercio internacional poco a poco está tomando nuevos impulsos que nos permite acercarnos a ritmos pre COVID-19 en cuanto a tarifas, congestión y demanda.
Afortunadamente, tras dos años de alzas históricas por fletes marítimos, escasez de almacenamiento por la obstrucción en los puertos y precios exorbitantes en los conteiners, las tarifas están disminuyendo -aunque siguen manteniéndose por sobre los valores pre pandemia- gracias a la descomprensión que se ha generado por la liberación de las restricciones.
Sin embargo, aunque la congestión ha comenzado a destrabarse en los principales puertos del mundo, el aumento de la demanda prolonga los desafíos porque la situación no está completamente normalizada y los exportadores continúan asumiendo riesgos que pueden generar pérdidas millonarias en este periodo de transición.
Para quienes nos movemos en el rubro de la exportación y el comercio internacional, los últimos dos años han sido un periodo de inestabilidad absoluta, apostando con fe irrestricta a que los productos llegarán en tiempo y forma a su destino, o que al menos podremos protegernos gracias a los tratados internacionales que ha firmado Chile, aunque esto a veces no basta.
Es de conocimiento público que productos perecibles como las frutas tienen una vida útil limitada: el período de cosecha, empaquetado, traslado por tierra y almacenamiento en el puerto son factores que inciden profundamente en la calidad del producto debido al tiempo que se debe emplear en estos procesos. Por eso, proteger los productos en todas las etapas permite asegurar transacciones confiables y evitar controversias posteriores con las empresas portuarias, que muchas veces se escudan en la contingencia para no responder por las pérdidas.
Tras la embarcación, variables como la temperatura adecuada en los contenedores son esenciales para que, al llegar a destino, los termógrafos puedan asegurar que los productos están en perfectas condiciones, a menos que ocurran situaciones como las que hemos observado en los últimos dos años: retrasos, hiper regulación por la emergencia sanitaria o incluso tiempos de espera insólitos en los principales puertos del mundo.
Por eso, a pesar de la reactivación progresiva que nos complace enormemente, me parece de suma importancia advertir la necesidad de que los exportadores e importadores tomen medidas preventivas que les entreguen la certeza sobre la seguridad de sus transacciones. Y si bien el contexto actual nos permite proyectar un futuro esperanzador, nada nos asegura que factores externos puedan generar enormes pérdidas, únicamente por operar en forma reactiva.
El llamado a los importadores y exportadores latinoamericanos es a no descuidarse, ya que factores que golpean la economía mundial como la inflación o el conflicto entre Rusia y Ucrania han presionado los precios de los combustibles y de la comida, lo que ha tenido un efecto directo en una demanda moderada y, por ende, en una recesión.
De ahí que, contar con la asesoría de un equipo experto en transportes y seguros es de suma necesidad para operar sin riesgos y navegar con tranquilidad en tiempos de aguas turbulentas. Y en caso de sospechar la ocurrencia de un siniestro que afecte a la carga transportada, incluso hasta su liquidación, los especialistas adecuados pueden exigir el cobro de indemnizaciones por perjuicios económicos en contra de todos los responsables.
En ocasiones, cuando las cosas van bien tendemos a relajarnos y a dejar que nuestros negocios fluyan, pero es importante tener en consideración que la economía internacional es globalizada y con los precios del transporte intermodal inestables, también los costos asociados a la operación de una red de transporte se encuentran sometidos a una demanda intermitente y a retrasos prolongados que pueden influir en el capital de la empresa.
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Matías Araya Varela
Socio fundador de Araya & Cía. Cuenta con más de 15 años de experiencia asesorando a las principales empresas agroexportadoras de Chile y Perú en todas las materias relacionadas con Derecho Comercial Internacional y Derecho Agrícola.